El Vuelo: Una sola mente. Primera Parte

Haciendo una recopilación. Más bien fijándome bien en los

acontecimientos políticos y sociales de estos últimos tres años aproximadamente. No sé, pero he podido notar que las masas, porque tenemos que hablar de gigantescas oleadas humanas, están siendo de alguna forma controladas por pequeños grupos. Al parecer todos estos movimientos, tales como al que podemos llamar La Primavera Árabe en el 2010 que envolvió en cuestión de meses a países tan grandes como comenzando en Túnez, Libia, Egipto, Siria e Irán y desde digamos el 2013 a Ucrania, son resultado de un dolor colectivo el cual es detonado por una pequeña chispa que enciende la mecha de un gigantesco barril de pólvora que acaba explotando y destruyendo todo el antiguo sistema. Obviamente que el Internet jugó un papel importantísimo en estas revoluciones. Todo como un efecto de dominó.

Definitivamente, para bien o para mal, estamos hablando de una conspiración. Un grupo de personas con ideales en común se reúnen y deciden actuar sin importarles las consecuencias. Pero ¿qué tal si estas personas están respondiendo a una necesidad colectiva? Digamos que piensan y creen que están actuando por voluntad propia y bajo sus propias condiciones. ¿Qué tal si es todo lo contrario?

Bueno, con la intención de satisfacer mi curiosidad y de explicarme esta situación, fuera del contexto político y de la manipulación de los grandes intereses, comencé a investigar las conexiones y las desconexiones que tenemos con nuestro Planeta.

Las instituciones, muchas corporaciones industriales, comerciales y no dejemos fuera al gobierno, para poder alcanzar sus objetivos primero tienen que crear una discordia, una competencia, desconectarnos del planeta y de unos y otros. De una forma exótica promueven la individualidad. Promueven la exclusividad. ¿Qué tiene de exclusivo que más de cien millones de personas utilicen un mimo teléfono móvil exclusivo? Ya dejo de ser exclusivo.

A veces me pregunto: ¿Cuánta sabiduría tienen las tribus

que viven al margen de la civilización? ¿Lo hacen por propia voluntad o porque la Tierra asi lo quiere? Y ¿Por qué nosotros, que presumimos de adelantados, no gozamos de esa conexión con la naturaleza? ¿A caso son las instituciones quienes nos obligan a romper con esa conexión? ¿Será que estas tribus y animales añoran, necesitan y requieren esa conexión?

“Nosotros estamos cayendo en una trampa para

alejarnos de poder crear una conexión con nuestro Planeta y es precisamente el concepto de la individualidad, nos enseñaron a esconder nuestros sentimientos, a no compartir nuestros problemas y no pedir ayuda porque es muestra de debilidad, en fin a ocultar lo que en realidad somos. Ocultamos nuestras preferencias, nuestras opiniones, lloramos en silencio, gritamos a escondidas, somos indiferentes al dolor del prójimo, nunca mostramos debilidad, somos los más atractivos, tenemos siempre una hermosa sonrisa, estemos como estemos por dentro, nos preocupe lo que nos preocupe. Nos hemos convertido en paralíticos emocióneles.”

Como parte de la investigación nos encontramos con un científico, meteorólogo, escritor, inventor, químico atmosférico, ambientalista y famoso por la Hipótesis Gaia que visualiza a la Tierra como un sistema autorregulado, este se llama James Ephraim Lovelock. El Dr. Lovelock asegurara que la Tierra, nuestro planeta, no es una mera roca flotando en el espacio, es un ser vivo y que se autoregula. Fíjate que mucho nosotros contaminamos el aire y sin embargo mantiene su consistencia. El mar por más agua dulce que baje de los ríos y que se derritan los polos este conserva, hasta ahora, su grado de salinidad. Especialmente en los polos para que no se congele el agua. ¿No te parecen características de un ser vivo?

El Dr. Lovelock También invento el detector de captura de

electrones, que permitió detectar componentes tóxicos en regiones tan remotas como la Antártida. Lovelock también postula, y es lo más escalofriante, que para el 2030 será el año del colapso ambiental. Según James Lovelock para el 2030 solo el 20% de la población mundial logrará sobrevivir al colapso medioambiental derivado de la extrema situación en la que nos encontramos.

¿Pudiéramos decir que un ser vivo tiene que nacer necesariamente de otro ser vivo? Me refiero a la panspermia, una hipótesis del filósofo griego Anaxágoras la cual de alguna forma sugiere que la vida vaga por el espacio y solo tiene que encontrar las condiciones idóneas para reproducirse. Claro, esta hipótesis originalmente habla de microorganismos y no de las moléculas. Pero el principio es el mismo. Todos somos polvo espacial. ¿Quién sabe a lo mejor nosotros somos una especie de ADN que fecundará a otras estrellas?

Siguiendo la teoría del ser vivo de Lovelock nos remontamos a los años 1920 y 1931 en los cuales encontraremos la teoría del sacerdote jesuita, que tenía una visión muy particular, una visión cosmológica muy vanguardista y soñadora, le pudiéramos decir hasta renacentista, pues fue sacerdote, teólogo, filósofo, paleontólogo, interesado en las ciencias, y desarrollador de una filosofía y de una cosmología absolutamente increíble. Intentó, de alguna forma, unir la ciencia y la religión, pero lamentablemente encontró que la ciencia no le reconoció y la religión lo rechazo rotundamente. Este hombre increíble se llamó Pierre Teilhard de Chardin y postulaba que antes

de la aparición de la teoría de la evolución, predominaba la imagen de un universo estático, formado totalmente desde sus lejanos comienzos. Por el contrario, con la evolución aparece la dimensión “tiempo”, como un actor principal, ya que el cambio es lo esencial y lo estático es lo inexistente. De este filósofo francés son los conceptos Noosfera (que toma prestado de Vernadsky) y el Punto Omega. Teilhard explica la noosfera como un espacio virtual en el que se da el nacimiento de la psiquis (noogénesis), un lugar donde ocurren todos los fenómenos (patológicos y normales) del pensamiento y la inteligencia. Por otro lado

el Punto omega es un término acuñado por Teilhard de Chardin para describir el punto más alto de la evolución de la consciencia,considerándolo como el fin último de la misma. De acuerdo con Teilhard y con el biólogo ruso Vladimir Vernadsky (autor de La Geosfera 1924 La Biosfera 1926), el planeta se encuentra en un proceso transformador, evolucionando desde la biosfera a la noosfera. El planeta está vivo, tiene conciencia y está actuando.

“En la explicación de su teoría, la de Teilhard de Chardin , dice que, a lo mejor, el cuello de las jirafas, por ejemplo, no se había alargado simplemente por una cuestión de selección natural, de que simplemente las que iban naciendo con el cuello más largo accedían mejor a las hojas que les brindaban alimento, sino, que había un propósito dentro de la mente colectiva de esta especie, las jirafas, de

ser cada vez más altas para acceder a ese alimento, que la conciencia de los diferentes seres vivos y en conjunto la conciencia del planeta iba a un único objetivo. Él lo llamó: El Punto Omega. En el punto omega habría una conciencia global, los seres humanos, los animales, las plantas y el Planeta viviríamos en armonía. Sugiriendo y haciendo eco de la teoría del ruso Vladimir Vernadsky que el Planeta es el conjunto de seres vivos dotados de inteligencia: La Noosfera.”

¿Estamos sincronizados con el Planeta? A lo largo de nuestra vida dentro de este contenedor que viaja en rotación al sol nos hacemos esta pregunta: ¿Estamos nosotros, los seres vivos, de alguna forma sincronizados con el Planeta? Puede que sea posible. En nuestro cerebro tenemos algo a lo que le podemos llamar un pequeño receptor de radio. Se llama la Glándula Pineal y veamos que para los antiguos egipcios y para muchas culturas antiguas, como los sumerios por ejemplo, fue muy importante esta glándula. En esta encontraban el umbral hacia otros mundos y otras dimensiones. De hecho, es la glándula pineal la que produce la mayoría de las sustancias alucinógenas. Es la responsable de cerrar nuestros ojos en la oscuridad y permitirnos dormir gracias a un sustancia llamada Melatonina.

Para poder comprender la importancia de la Glándula Pineal también tenemos que hablar de la resonancia de la Tierra. Trabajando en unos de sus más importantes experimentos, que era producir electricidad y repartirla

gratuitamente, el científico de origen serbio Nikola Tesla descubrió que el campo radioeléctrico de la Tierra tenía una frecuencia de resonancia algo determinada. Esa resonancia era: 7.83 Hertzios, era algo constante a pesar de sus pequeñas oscilaciones. Hoy en día algunos científicos dicen que ha variado. A este fenómeno se le llama resonancia de Schumann en honor a Winfried Otto Schumann, que predijo matemáticamente su existencia en 1952, a pesar de ser observada por primera vez por Nikola Tesla y formar la base de su esquema para transmisión de energía y comunicaciones inalámbricas. La primera representación espectral de este fenómeno fue preparado por Balser y Wagner en 1960. Pues bien curiosamente la Glándula Pineal funciona en concordancia con esa resonancia de Schumann. Es hasta tal punto tal que los astronautas tienen que llevar un Resonador de Schumann para mantener sus Ritmos Circadianos en completo orden. De lo contario comenzarían a padecer insomnio o sufrir de narcolepsia porque realmente estarían desconectados de la frecuencia de la Madre Tierra.

“fíjate que dato curioso, yo le llamo mecánica humana, que la glándula pineal está situada en un lugar estratégico de la cabeza, concretamente en el centro geométrico del encéfalo. Desde un punto vista evolutivo, se puede decir, deriva del 'Tercer Ojo" de los vertebrados inferiores. Esta glándula tiene una importancia capital en algo que se llama los Ritmos Circadianos que son nada más ni nada menos que todos nuestros ritmos vitales”

Podemos decir que el fotoperiodo (luz-oscuridad), con los ritmos circadianos (día-noche) y los estacionales, constituye el sincronizador (Zeitgeber) externo principal, cuya acción se ve complementada por otros sincronizadores adicionales que se suman al campo geomagnético. Éstos son las micro pulsaciones de origen extraterrestre, el sistema cavitario ionosférico (resonancias de Schumann con frecuencias de 7,8 Hz similares a las del ritmo alfa nuestro cerebro) y en general las fuentes de los campos ELF.

Según el cosmólogo ruso llamado Vladimir Verdnadsky,

planteaba a la Tierra como la superposición de cinco realidades integradas tenia a: la litosfera, entendida como esfera sólida de la Tierra; la atmósfera, como una capa de gas que rodea al Planeta; la biosfera, formado por el conjunto de los seres vivos; y la tecnosfera, que es el resultado de la alteración producida por el hombre; y la noosfera, que es la esfera del pensamiento. Vladimir

recogió esas ideas de la Noosfera y las desarrolló y predijo de cierta manera que todo a la Noosfera si era posible pero no sin antes se materializara el concepto de: La Tecnosfera. Y estamos hablando de los años cuarentas, Vladimir Verdnadsky predijo que el planeta estaría interconectado por una red de comunicación (digamos Internet) y que eso iba a provocar que realmente empezase a surgir o resurgir esa noosfera. Una mentalidad colectiva, pudiéramos decir. 

 

En contraste con las concepciones de los teóricos de Gaia o de los promotores del ciberespacio, la noosfera de Vernadsky emerge en el punto en donde el género humano, mediante la maestría en los procesos nucleares, empieza a crear recursos mediante la transmutación de elementos.